sábado, 6 de octubre de 2007

Estoy nostálgica

Hoy comí en el prao con parte de mi familia.

Mis padres tienen una finca, a la que nosotros siempre hemos llamado "El Prao" con una chabola. Este verano entre mi tío, su hermano y varios colaboradores más han renovado La Chabola que a partir de ahora se llamará La Casina, por decisión de mi madre.

En el prao hemos celebrado muchos cumpleaños, comuniones y hasta bodas de oro. Recuerdo perfectamente los domingos que pasamos allí cazando grillos, la cancha de tenis que se montaba con su red y sus líneas pintadas en el césped (casi, casi como Wimbeldon), mi padre enfundado en un mono de trabajo fumigando los manzanos, unos cuantos hombros salidos de sitio, las bicicletas, los helados que llegaban medio derretidos de Casa Oliva, la huerta del tío,el toldo, los abuelos al sol, los paisanos abandonando a mujeres y niños para ir a ver el partido del Sporting, los viajes en el 127 de mi madre a la velocidad del sonido...

Este verano parece que hemos recuperado algo de eso y me gusta.

Comentarios:
¿Estás segura de que la pista de tenís tenía la líneas pintadas? Yo no lo recuerdo, pero bueno hubo una época en que me aburría ir al prao y la verdad es que ahora se añora. Hubo ratos muy buenos.
 
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