miércoles, 24 de octubre de 2007

Un día extraño

Cuantas veces he repetido el gesto de ponerme de puntillas delante de la puerta de la clase de mi madre para ver si ella estaba dentro. Hace muchos años para pedirle dinero o las llaves de casa que me había olvidado. En los últimos años para saber si ya había acabado e irnos a casa a comer o para comentarle algo que me acababa de pasar en el cole.

A partir de hoy ese gesto carece de sentido y si lo repito será por equivocación, porque después de casi 40 años, mi madre ya no será tutora del primer ciclo y una extraña ocupará la clase que tanto tiempo le perteneció.

Hoy mi madre empieza su jubilación parcial y pasará a trabajar sólo 4 horas a la semana durante los próximos 5 años. Se lo merece. Como ella le explicó ayer a los niños: yo llevo trabajando muchos años y hay otra gente que también quiere trabajar, por eso yo voy a hacerlo ahora menos tiempo y tendréis una nueva profesora que tiene muchas ganas de conoceros. Y les hizo un bizcocho que compartieron a la hora del recreo.

Me da un poco de pena, no puedo negarlo.

Comentarios:
si, la verdad es que es como triste, pero imagino que ella estara muy contenta, asi que dale mi enhorabuena. besis.
 
¡oh q bonito!, me ha gustado mucho el comentario de tu madre, q dulce, pero bueno despues de tanto tiempo lo merece :-)
 
Cuesta trabajo poner algo. La emoción...
 
Ojalá mis niños tengan una profesora que ponga la mitad de ilusión y cariño que ha puesto tu madre estos años.
 
Que bonito!! no tenía ni idea, un besin pa mi tía desde aqui.
 
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