viernes, 28 de noviembre de 2008

Mole

Llevo media hora intentando abrir un tarro de mole. Ya tengo el pollo cocido y enfriado, pero no puedo seguir con la receta porque el tarro se me resiste. Lo he intentado todo: haciendo palanca, poniéndome los guantes de fregar, he llamado a la amiga que me enseñó la receta para preguntarle si tiene algún truco para abrirlo, pero no me coge el teléfono... Hasta he emulado a mi hermano y he intentado buscar la solución en Google, pero tampoco ha servido de nada. Ahora estoy esperando a que llegue mi alemán. Es mi última opción, y si quiere cenar, tendrá que currárselo.

Comentarios:
yo digo que con el abrelatas... mama dice que si le diste golpinos.
 
Como no es una lata, es imposible encajar un abrelatas. Y sí, le di golpines y golpazos, hasta el punto que tuve miedo de romper el cristal.
Al final vino El Alemán y lo abrió con facilidad. Aunque yo digo que si le resultó fácil fue porque yo ya lo había aflojado.
 
Creo, que El Alemán es simplemente fuerte.
 
Qué suerte que El Alemán no cambiara de planes y fuera a cenar... Si no te veía cenando el pollo sin el mole...
 
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