viernes, 12 de junio de 2009

Si me lo cuentan no me lo creo

Pero lo vi con mis propios ojos.

Ayer pasé por una sidrería a eso de las 10 de la noche para tomar algo con unas amigas y despedir a Guan que se vuelve para su isla.

Cuando llegué, me pidieron que me fijara en la actitud del camarero al acercarse a la mesa. Y me di cuenta en seguida de lo que pasaba: cada vez que tenía que traer o llevar algo rozaba con el codo el seno de una de las amigas. Y os aseguro que no era sin querer. Como a la quinta o sexta vez que observo ese comportamiento le miro a los ojos fijamente, a ver si consigo que el tío se de cuenta de lo que está haciendo, pero él, dale que te pego: con el codo para arriba, con el codo para abajo...

Menos mal que nosotras estábamos de guasa y nos reímos de la situación, porque sino era para tocarle con el codo la parte que más a mano quedaba, que casualmente era su miembro viril, y con algo más de fuerza; a ver si se le quitaban las ganas de ir frotándose con mujeres ajenas.

Comentarios:
jajajaj,bueno di mas bien que estabamos un poco alegres de la sidra y la cerveza y por eso nos lo tomamos a guasa que sino...LA GUAN
 
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