sábado, 24 de julio de 2010

Fiesta

Para empezar esta es la foto del cementerio con el alquiler de regaderas.

Ayer fui a una fiesta que daba un amigo en un antiguo molino reconvertido en hotel rural. Un sistema de organizar una fiesta que creo que no tendría mucho éxito en España, pero aquí funcionó muy bien. Para empezar la fiesta era gratis, aunque tenían un recipiente para dejar donaciones. Yo dejé 15 euros y me tomé 4 cervezas, una salchicha, una ensalada, una sopa de verduras y dos trozos de tarta. Era auto-servicio y cuando empezó a llover todo el mundo colaboró para poner a salvo la comida. Mantuve más de una conversación en alemán, pero llegó un momento en que alguien me quiso hablar en inglés y ya no me salía nada coherente en ninguno de los dos idiomas y prometo que ¡no estaba en absoluto borracha! También pude hablar un poco de español porque había una mejicana y una americana descendiente de mejicanos en la fiesta.

Éramos aproximadamente 250 personas y había 1600 cervezas para los sedientos. También había música en directo durante horas. Nosotros dormimos en una pensión a cinco minutos, pero hubo mucha gente que durmió en tiendas de campaña y por la mañana entre todos se organizaron para recoger los restos de la fiesta y dejar el entorno preparado para una boda que se iba a celebrar hoy curiosamente entre un español y una alemana.

Estas son dos fotos a la mañana siguiente cuando ya estaba todo recogido y un castillo de aire montado para que los niños invitados a la boda jueguen.


Otra foto que tenía que subir es ésta de una parte de las provisiones de mermeladas caseras que la madre del alemán tiene en el sótano. ¡Pobrecita! El otro día decía que le dolía la espalda de recoger arándanos, moras y todo el amplio espectro que aquí hay de bayas.


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