lunes, 22 de agosto de 2011
Inicio de curso
Este año todo está siendo distinto. Después de 12 años en el mismo cole, me he mudado de ciudad, de país y como consecuencia, de colegio.
Hay cosas que son iguales en los dos países: los primeros días son un tanto caóticos. Hay mucha gente nueva, las listas de clase no son definitivas, los horarios tienen que revisarse mil veces porque puede haber errores...
Yo no debería tener mucho estrés, porque aquí solo soy una asistente de clase, pero no puedo evitar pensar continuamente cómo se podrían hacer mejor las cosas. Pero me muerdo la lengua (y los que me conocen sabe lo que me cuesta) y me preocupo de hacer bien lo mío.
Menos mal que estoy ya curtida y no me asusto cuando me piden que haga un curso el sábado de 9 a 17 hrs. Para mi es casi como estar en casa y los cursos siempre sirven para conocer a los compañeros. Aquí no se acostumbra a tomar el vermut los viernes, pero cuando alguien propuso el sábado tomar una cerveza después del curso, no dudé en apuntarme. Eso sí, la cerveza comprada en un puesto de la calle, tomada en el parque y entregado el casco a un viandante que vive de recoger los cascos, devolverlos y cobrar la fianza. Porque aquí se sigue llevando eso que se hacía en España cuando yo era "más pequeña" y teníamos que llevar las botellas de vuelta a la tienda porque no se tiraban a la basura.
Como consecuencia de mis ansias de adquirir nuevos conocimintos y vivir experiencias inolvidables, he tenido 15 días menos de vacaciones de verano Pero por lo visto en octubre los recuperaré porque hay 15 días de vacaciones de otoño.
Hay cosas que son iguales en los dos países: los primeros días son un tanto caóticos. Hay mucha gente nueva, las listas de clase no son definitivas, los horarios tienen que revisarse mil veces porque puede haber errores...
Yo no debería tener mucho estrés, porque aquí solo soy una asistente de clase, pero no puedo evitar pensar continuamente cómo se podrían hacer mejor las cosas. Pero me muerdo la lengua (y los que me conocen sabe lo que me cuesta) y me preocupo de hacer bien lo mío.
Menos mal que estoy ya curtida y no me asusto cuando me piden que haga un curso el sábado de 9 a 17 hrs. Para mi es casi como estar en casa y los cursos siempre sirven para conocer a los compañeros. Aquí no se acostumbra a tomar el vermut los viernes, pero cuando alguien propuso el sábado tomar una cerveza después del curso, no dudé en apuntarme. Eso sí, la cerveza comprada en un puesto de la calle, tomada en el parque y entregado el casco a un viandante que vive de recoger los cascos, devolverlos y cobrar la fianza. Porque aquí se sigue llevando eso que se hacía en España cuando yo era "más pequeña" y teníamos que llevar las botellas de vuelta a la tienda porque no se tiraban a la basura.
Como consecuencia de mis ansias de adquirir nuevos conocimintos y vivir experiencias inolvidables, he tenido 15 días menos de vacaciones de verano Pero por lo visto en octubre los recuperaré porque hay 15 días de vacaciones de otoño.
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