martes, 31 de julio de 2007

Aplauso

Ja! Apuesta ganada. Por mas que al aleman le disguste que sus compatriotas lo hagan, es asi. Y ayer cuando estabamos aterrizando en el aeropuerto de Padeborn, aplaudieron.

Tambien se rieron un rato, cuando el capitan informo a los pasajeros (alemanes que volvian de Mallorca) de que estaba lloviendo y la temperatura era de 13 grados. Mola, verdad?

Mi idea para la primera parte de las vacaciones era hacer un tour en bici por el oeste de Alemania-este de los Paises Bajos. Pero como siga asi el tiempo, quizas lo tengamos que hacer en tren o nos dediquemos a ir a la sauna.

Estoy en casa de los padres del aleman. Ayer se dio una circunstancia simpatica: nos juntamos en casa cinco espanholes (teclado aleman). Cuatro de ellos venian a comprar un coche. El padre del aleman nos hizo una barbacoa en la terraza y me puse ciega a carnona y cerveza.

Pero lo que mas me gusta de esta casa son los desazunos: cafe con leche, mermelada casera, dos tipos de queso, tomate alinhado (otra vez el dichoso teclado), kuark, jamon y un yogur liquido. Como no pueda salri en bici, voy a volver con unos cuantos kilos de mas.

Disculpad por las faltas de ortografia, pero es que el corrector no funciona. Me empieza a decir cosas en aleman cuando intento hacer modificaciones y no entiendo na.

martes, 24 de julio de 2007

Más que un pelapatatas

(La siguiente reflexión me vino a la cabeza mientras fregaba los cacharros atrasados y escuchaba lo último de Pastora)

Acabo de hablar con la Conche. Me ha encargado que le traiga de Alemania un pelapatatas. Me va a mandar una foto por el móvil para que compre el adecuado y no una burda imitación. Me reía pensando en la fijación que tiene con el pelapatatas cuando caí en la cuenta de que a mi me había pasado lo mismo años atrás.

Hace aproximadamente 3 años me enamoré de un pelapatatas. Estando en Chicago en casa de mi amiga Anita lo probé y ya no pude separarme de él. Tal fue el flechazo que Ana se vio obligada a regalármelo. Así que volví a casa con un pelapatatas y una tortillera (pero esa es otra historia)

No es solo un pelapatatas. Con él pelo calabacines, zanahorias, berenjenas... y si se me apura hasta hago rizos con chocolate. Nunca he encontrado otro igual y no sé pelar patatas si no es con él. ¿Es o no es esta una bonita historia de amor?

En uno de los numerosos blogs de mi hermano tiene una sección en la que propone que la gente escriba las historias de sus guitarras, como cuando a la suya se le rompió el mástil. Si alguien tiene alguna otra historia de amor con un pelapatatas, rayador, espumadera o algo así, que me lo cuente y así no sentiré que somos la Conche y yo las únicas raras del mundo.

lunes, 23 de julio de 2007

Hogar dulce hogar

Ayer, a las 9 de la mañana y después de 15 horas de viaje, llegué al fin a casa. Tenía ganas de escribir, pero no pude hacer nada más que dormir y comer.

Cuando voy de campamento suelo exclamar a menudo eso de: "qué duro es ser adolescente" Pero tengo que decir, que este año tuve unos adolescentes con la cabeza bastante amueblada, que sabían estar en cada momento, divertidos a la vez que reflexivos, alegres sin ser groseros... Ya veis, he estado encantada. Y ¡qué decir de las compañeras! Las mejores. Nunca sabemos con que chicos vamos a contar, pero lo que si es seguro es que el equipo de monitores es genial. De echo ya estamos preparando el campamento del año que viene.

Yo del campamento disfruto un rato. Lo que más me mola es no tener que estar demasiado pendiente de la ropa, me pongo lo que tengo limpio y adecuado para la temperatura; me depilo antes de ir y no me vuelvo a tocar un pelo hasta quince días después, no me tengo que preocupar de la comida porque me la dan hecha y me permiten beber alguna cerveza de vez en cuando. Y aunque me encanta lo de hacer cuatro días itinerantes sin pasar por el campamento, lo que peor llevo es la carencia de baño durante esos días. Tener que ir de prao es un coñazo. Recuerdo lo mucho que me costó aprender a mear así. Aprendí siendo ya bastante mayor cuando no me quedó más remedio que hacerlo en alguna fiesta de prao en la que la sidra me apretaba la vejiga.

Lo que no me gusta tanto es esa mitad de campamento que hacemos en Benagalbón, ese calor, las multitudes, el encierro, las pocas horas de descanso y el cansancio acumulado ya desde el campamento. Aunque tiene algunas, pocas, cosas buenas: el café provincial que sólo nosotros tomamos (tenemos que llevarnos la cafetera desde La Mata), duchas con agua caliente (aunque no hagan falta, pero sabemos que las tenemos) y el que quiera, playa (aunque yo prefiera mil veces las del Cantábrico)

Y ahora a poner lavadoras, hacer algunas compras y organizar el viaje a Alemania, que me voy en una semana.

domingo, 8 de julio de 2007

El submundo alternativo... a la Semana Negra

Ayer por la noche creí haberme teletransportado a otra ciudad durante unos minutos. Me recomendaron ir a un concierto de Kung Fu diciéndome que era algo que había que ver al menos una vez en la vida. Y que razón tenían.

El concierto fue en le Bola 8 (que más que un bar parece una sauna) El grupo más que música hace una especie de performance que incluye al público y a amigos disfrazados, en esta ocasión de chinos e insectos. Pero la parte más divertida vino cuando salimos en procesión por Cimadevilla hasta el cerro, donde se libró una cruenta batalla para evitar que los insectos invadieran la tierra provocando así el fin del mundo. Vamos un verdadero espectáculo. No creí yo que fuera a ver algo así en Gijón.

Paralelamente se estaba celebrando la gran feria que es la Semana Negra. Mi alemán y yo, después del chow decidimos acercarnos a ver que se cocía por allí. El alemán no había estado nunca. Le introduje al caos desde la playa y aguantó sólo 5 minutos caminando entre la multitud. Después tuvimos que tomar un atajo para poder encontrar a una buena amiga que nos invitó a una cervecita. No llegamos al concierto al que teníamos pensado ir. Así que de ese no puedo hacer crítica.

Y mañana me voy de campamento. Estaré parcialmente incomunicada durante 15 días, porque en la Mata sigue habiendo muy mala cobertura y de conexión a Internet ni hablamos.

sábado, 7 de julio de 2007

Cuenta una leyenda...

que hace ya algunos años, cuando yo era más pequeña miré una foto de mi hermana que estaba sobre el mueble del salón y cegada por la envidia exclamé:
- ¡Qué fea estás con fores!
La foto la recuerdo bien, aunque del episodio concreto me acuerdo sólo gracias al tío Javi, que tiene la asombrosa capacidad para hacer de un simple comentario una leyenda.
Ved la foto:


Pues sí, sería envidia, porque sino yo no entiendo mi propio comentario.

La idea de escribir un blog viene de los correos que en mis cinco últimas vacaciones en Berlín enviaba a los amigos. Yo ya sabía que había métodos más modernos y cómodos para contarles lo que hacía durante el verano, pero me resistía. Así que es ahora, cuando la fiebre de los blogs ya va decayendo y lo que está en alza son los fotologs, que yo me decido. Voy un paso por detrás de la moda. Será que la moda no me interesa demasiado.

No puedo acabar esta entrada sin agradecer a mi hermana el título y a mi hermano la mano de obra barata.

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