domingo, 31 de agosto de 2008

¡Feliz inicio de curso!

Me apetecía desear hoy un buen comienzo del año escolar a aquellas (y hablo en femenino porque son mayoría aplastante y la RAE me deja) que mañana volvéis al curro como yo: a la jefa de campamento que tiene muchas cosas que contar de su verano internacional, a las que aún no sabéis muy bien cuantas horas de curro vais a tener o en que las vais a emplear, a las que empezáis en un nuevo colegio y a las que estáis esperando a que os llamen de algún lugar ansiosas por trabajar. A todas vosotras: ¡suerte!

lunes, 25 de agosto de 2008

La niña del pijama de rayas


A petición de mi hermana, cuelgo esta foto que hicimos la noche que dormimos en el campo de concentración y donde ella sin darse cuenta se puso un pijama así de adecuado.

Mein Esel Benjamin

Estas vacaciones me ha resultado prácticamente imposible comprar un periódico español. No es que no pueda vivir sin leer el periódico, pero como tuve que hacer un par de viajes largos en tren con el único equipaje de las alforjas de la bici, creí innecesario cargarlas con el libro que me estaba leyendo, Cosmología, y preferí optar por un ligero periódico. Gran error, ya que en la ida desde Meschede a Berlín no conseguí encontrar ninguno y me pasé todo el viaje aburrida y aburriendo a El Alemán.

Volví a intentar comprar el periódico en el viaje de más de 6 horas de vuelta a casa, pero viendo que era tarea imposible, me fui a una librería a comprar algo para leer. Y no, si no he encontrado periódico en mi idioma, menos aún podría encontrar un libro, pero es que hace ya tiempo que descubrí la literatura infantil como un método para aprender alemán y divertirme al mismo tiempo.

Iba con la idea de comprar algo de Janosch, del que ya hablé el verano pasado pero no tenían nada y El Alemán buscando buscando encontró: Mein Esel Benjamin. Es la historia de una niña que se encuentra un burro y decide llevárselo a casa. Lo más bonito de la historia es que está ilustrada con fotos en blanco y negro y la edición que, por cierto, me regaló El Alemán es una edición especial porque se cumplen 40 años de su publicación. Para que os hagáis una idea, aquí dejo una foto.


domingo, 24 de agosto de 2008

60 kilómetros por día

Esa es la media que hemos realizado mi hermana, mi novio y yo en nuestras vacaciones cicloturísticas desde Berlín hasta el Mar Báltico. Lo pasamos muy bien y casi no tuvimos contratiempos. Creo que fui yo la peor parada con dos pinchazos, una picadura de abeja y el culo muy pero que muy rojo. Mi hermana se quejó bastante, pero no pasó de ahí, y a El Alemán no hubo manera de que le doliera nada.

Los caminos fueron variados, desde el cemento a la arena, pero creo que lo mejor de todo fueron los alojamientos que El Alemán había reservado.

La primera noche dormimos en el albergue de un pueblo llamado Füstemberg del que sólo sabíamos que había habido en su tiempo un campo de concentración nazi para mujeres. Cuando nos íbamos acercando al pueblo, pedaleamos en paralelo con los restos del campo de concentración desde donde se podían ver donde habían estado las distintas instalaciones e incluso había paneles explicativos de las panorámicas que se veían, para acabar descubriendo que el albergue estaba en el mismo campo de concentración, en lo que antiguamente había sido las casas de las oficialas. Sí, sí, dormimos en un campo de concentración. Yo que hacía poco había tenido una conversación sobre mis recelos a visitar uno de ellos ya que consideraba que era un poco perverso. Pero hay que aceptar que el albergue estaba muy bien. Ahí va una foto que lo certifica.

Vivían bien las oficialas...

La segunda noche, y para seguir con la dinámica de dormir en sitios originales a la que nos tendríamos que acostumbrar, nos alojamos en un ecohotel en Neustrelitz. Que no sé yo muy bien que tenía de ecológico a parte de haber aprovechado las instalaciones de una antigua fábrica. Por que, que yo sepa, los muebles de Ikea no se consideran ecológicos. Pero el sitio la verdad es que era muy bonito. Nosotros nos alojábamos en la parte de arriba en donde había dos dormitorios y la planta de abajo era más bien un apartahotel. Fue el alojamiento más caro de todos, con diferencia.


Dormimos también en un albergue juvenil en Malchow donde compartimos pasillo con adolescentes que estaban en su último día de convivencia, en una pensión en Malchin con una dueña muy maja pero muy brasas que me curó la picadura de abeja frotándomela con cebolla, en un albergue en un pueblo tan pequeño, Nehringen, que no tenía ni tan siquiera un bar y en un hostal tan nuevo que estaba sin acabar en la ciudad que era nuestra meta: Strahlsund.

Debajo de cada ventana se puede ver el dibujo de lo que hay dentro. Sí, las duchas eran mixtas... pero con puertas.

Al día siguiente de llegar a la meta mi hermana se marchó y El Alemán y yo nos quedamos a hacer turismo, porque esta ciudad comunica con Rügen, la isla más grande de Alemania, y estuvimos paseándonos por allí un par de días.

Otra foto ilustrativa:
Restaurante típico de la Alemania del Este. Importante fijarse en los detalles ornamentales de la barra y en el estampado de las sillas.

lunes, 11 de agosto de 2008

Sauerland Bad

Ayer fuimos a la sauna. Lo que me rei. El sitio es una especie de spa y con el precio de la entrada a la sauna (10 euros) te permiten usar las piscinas del spa, con un limite total de tiempo de 2 horas y media. Pues ayer me di cuenta de que soy baja, porque cuando quise ponerme debajo de uno de los chorros que estan orientados a la espalda, fui incapaz porque el agua me cubria y la fuerza me echaba lejos del chorro. Tuvo que cogerme El Aleman por las axilas y sujetarme debajo del aparato mortal. La gente que nos veia debia de pensar que era la hermanita pequenha. A ver si consigo enlazar la pagina del spa, porque desde Alemania me sale un poco caro llamar a mi hermano para preguntarle otra vez como se hace.
http://www.sauerland-bad.de/index.php

Me voy a coger el tren para Berlin.

domingo, 10 de agosto de 2008

Ya estoy en Alemania


Un anho mas, he aterrizado en la patria del mi hombre. El plan para estas vacaciones es ir desde Berlin hasta el mar Baltico en bicicleta. Lo tenemos todo preparado, lo unico que no hemos acordado es el tiempo. Hoy en Meschede llueve, espero que manhana en Berlin no.

La bici ya esta puesta a punto. Hemos descubierto que el sillin se puede acercar hacia el manillar e inclinar y ahora parece que la bici esta perfectamente ajustada a mi tamanho. Para continuar con el plan de entrenamiento, hemos dado una vuelta al embalse (que se ve en la foto) y despues hemos tomado el clasico cafe con tarta que se merienda en casa de los padres de El Aleman.

sábado, 9 de agosto de 2008

Poco a poco

Tengo librerías nuevas. Ya me queda menos para tener un salón completo. Aquí va una foto. Hay que fijarse en la librería, el color de la pared y el brillo del parquet. Pero que nadie se piense que esa mesa y esa silla son las que van con el salón, realmente son de la cocina.


miércoles, 6 de agosto de 2008

Entrenos pre-vacacionales

El sábado me voy de vacaciones así que llevo una semana preparándome físicamente para lo que me espera: ir en bici desde Berlín hasta el mar Báltico.

La primera parte de los entrenos ha sido volver a coger la bici y ver si consigo pasar la frontera del dolor de culo para poder pedalear con tranquilidad. El primer día hice una hora mientras hablaba tranquilamente con una amiga, el segundo día hice 40 minutos más porque me pareció que lo de ir de paseo en plan Verano Azul no era ningún esfuerzo, y el tercer día tenía tantas cosas que hacer que lo dejé después de 1 hora 20.

La segunda parte del tratamiento Ponte en forma en una semana consta en ir a caminar. Y esto si que ha sido duro. La idea era salir de la casa del pueblo de un amigo para ir andando en tres etapas a su vivienda habitual, cruzando valles y montañas. El primer día era la etapa, supuestamente más dura, y la superé con relativa facilidad, tardamos 6 horas. El segundo día fue horroroso porque a pesar de que habíamos estudiado el camino en profundidad sobre el mapa, nos sorprendió la realidad y lo que creímos que iban a ser 4 horas fue al final 7 y nosotros pensando que llegábamos a comer a la meta, salimos de casa sin comida. Cuando me quedaba 1 hora para terminar decidí que me iba a saltar la tercera y última etapa. Me quedé a descansar.

Y la ultima parte supone descansar. Me leí en poco más de 24 horas El niño con el pijama de rayas. Me pareció un libro perfecto para leer en ese momento. Un cuentín con moraleja que puede estar bien para adolescentes.

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