domingo, 24 de enero de 2010

Tomatito

Después de pasarme 7 horas del sábado sentada en una butaca escuchando charla tras charla, me fui a sentarme a otra butaca pero en el teatro.

Por primera vez desde la remodelación fui al teatro de la Laboral a un concierto. La verdad es que el sitio me gustó mucho, es cómodo, amplio... Y el concierto me gustó aún más.

Vi a Tomatito, que lo hizo de miedo y sólo me faltó que me dejaran levantarme a bailar. ¡Pasé unas ganas! En la formación que llevaba había un bailaor y mientras le veía taconear pensaba que no tiene nada que ver a lo que yo hago en clase de flamenco, es otra cosa, más fluido, más natural, quizá menos plástico, pero más musical. Definitivamente, creo que hay que ser gitano para bailar así.

martes, 19 de enero de 2010

NY trae cola

Acabo de pasar por delante de una tienda de deportes de aventura y al pararme a mirar el escaparate descubrí mis nuevos playeros de monte. Aquí cuestan 125 euros, en NY me costaron 54$. Y yo que pensaba que nadie regala duros a pesetas y que los playeros debían de ser del año pasado para poder ser tan baratos.

Pues como ahorré mucho dinero en los playeros, me acabo de comprar un netbook. ¡Porque yo lo valgo!

¿Para qué viajar?

Que a mi me gusta viajar, es sabido. Pero lo que también es cierto que me gusta de vez en cuando darme una vuelta por los barrios de mi ciudad por los que no suelo ir.

Algo así pasó el otro día cuando cogí un bus para ir al Corte Inglés y como veía (o a mi me parecía) que cada vez se alejaba más de mi destino me bajé. Después de 15 minutos y de preguntar dos veces a unos viandantes, conseguí llegar al centro comercial.

Pues ayer repetí la operación pero en bicicleta. Esta vez no estaba tan perdida, porque la gasolinera y el Mercadona ya eran puntos de referencia, pero también descubrí donde estaba el cole de la Milagrosa, una tienda de bicis muy grande y un carril bici de esos que unen barrios del extrarradio.

El próximo domingo que no tenga nada que hacer, me iré a dar una vuelta por esos barrios para descubrirlos a la luz del día.

domingo, 10 de enero de 2010

Nieve

Que no se salga de casa. Eso es lo que recomiendan en los medios, pero si les hubiera hecho caso no habría podido estrenar las raquetas de nieve y me habría perdido esto.

En el centro de la foto, entre las ramas de dos árboles, se pueden ver dos venados.

martes, 5 de enero de 2010

Pollo al limón

Me voy a hacer vegetariana pero sólo si tengo que cocinar yo.

Hace un mes más o menos que un amigo cocinó pollo al limón para cenar y viendo lo fácil que era decidí que tenía que probar a hacerlo. Así que ayer compré los ingredientes y me puse manos a la obra. Pero cuando tuve que coger el pollo y frotarlo con ajo creí morir. Era como untar en ajo a un bebé muerto, la piel se movía para todos los lados, se aprecia donde debería estar la cabeza, los restos de plumas... Y lo desagradable que es cogerlo por las alas para darle la vuelta. Me costó dios y ayuda. Una vez en el horno pensé que lo difícil ya había pasado, pero cuando lo saqué y tuve que ponerme a trincharlo... Escuchar el sonido de los huesos al ser rotos por el cuchillo... Tuve que pedirle al alemán que lo hiciera él.

Al final el pollo sabía bien, pero creo que nunca más volveré a cocinarlo; me resulta demasiado desagradable manejarme entre animales muertos.

sábado, 2 de enero de 2010

Move in, move in

¡Todo un éxito! Ayer conseguimos gastar perres.

Para empezar, como los chinos empiezan el año en otras fechas, fuimos al barrio chino temiendo que al ser Año Nuevo en los otros barrios las tiendas estuvieran cerradas. Pasamos por Canal Street y tuvimos esa experiencia de que se te arrimara un chino después de otro con una fotocopia en la mano diciendo: handbag, carteras. Pero en seguida nos adentramos en el barrio y eso sí es China Town, con todas sus tiendas, los carteles en chino y frutas, verduras y pescados con muy buena pinta y todo abierto, por supuesto.

Después cogimos Broadway y descubrimos que estaban casi todas las tiendas abiertas y tuvimos uno de nuestros mayores éxitos: encontramos unos pantalones que nos había pedido un primo y que llevábamos buscando desde el primer día. Después nos fuimos a la zona cero y compramos una cámara de fotos para mi madre y otra para mi. Y ahí se acabaron las compras.

Los viernes el MOMA (Museo de Arte Moderno de NY) es gratuito a partir de las cuatro así que ahí estuvimos hasta la hora de cierre. El museo me gusta mucho (ya había visto una muestra en Berlín) pero había demasiada gente. De hecho para dejar las cosas en el guardarropa hicimos una cola de media hora y tuvimos que aguantar durante todo este tiempo a un tipo al que mi hermana apodó Topito por lo mucho que se parecía al Topo que quería saber quién le había hecho eso en la cabeza, y que nos gritaba: "move in, move in" acompañando sus palabras de un extraño movimiento que parecía el baile del pañuelo.

Hoy no tenemos más planes que hacer las maletas, comer e irnos al aeropuerto porque con todas las medidas de seguridad que parece que han puesto nuevas estos días, calculamos que tendremos que estar 4 horas antes allí.

NY está muy bien, pero tengo ganas de volver a casa, a mi cama, no estar todo el día rodeada de otras 3 personas, hablando sin parar. Como se suele decir: necesito unas vacaciones de mis vacaciones.

viernes, 1 de enero de 2010

Happy New Year y todas esas cosas

Hemos tardado unas horas más, pero por aquí también hemos entrado en el 2010 como en la península.

Ayer el día parecía que se planteaba un poco complicado por la nieve que estaba cayendo cuando nos levantamos, pero al final no hubo problemas. Nos armamos de valor y de buena ropa y fuimos a Brooklyn a dar un paseo, ver Manhattan desde el otro lado del East River y observar a los hassidin, que son los judíos que se pueden ver en las películas con el pelo corto, pero largos tirabuzones y gorro negro. Ayer como llovía llevaban el gorro forrado con plástico para que no se les mojara. Vimos varias tiendas muy curiosas de gorros en los que todos parecían más o menos iguales pero diferían en el tamaño del ala, el alto de la copa... No tengo fotos porque la guía recomienda no hacérselas porque se podrían ofender.

Llegó la hora de comer y entramos en el primer restaurante que nos parecía que ofrecía algo distinto a lo de todos los días. Alguien dijo: ¡ese viene en la guía! Y mientras esperábamos a que nos dieran mesa comprobamos que efectivamente aparece en el libro donde los restaurantes están organizados en las siguientes categorías: barato, precio medio, más selecto y muy selecto. Y ese en el que estábamos era el único que venía en la última categoría. Las paredes estaban decoradas con los premios que les habían otorgados en los últimos años (el restaurante tiene más de 100) y nos dio la risa al ver que ponía de precio medio 70 $ en el año 2000. Así que nos planteamos que era la cena de Nochevieja (de hecho en España estarían empezando a cenar) y que no nos iba a importar el precio. Al final cenamos unas hamburguesas que estaban buenísimas (la carne también había ganado premios) y pagamos 60$ propina incluida y de postre nos regalaron unas monedas de chocolate, así que quedamos muy satisfechos. Recomiendo el Peter Luger para comer a todo el que pase por Brooklyn.

Después nos fuimos a la zona comercial donde está el Macy's (el centro comercial más grande del mundo) e intentamos comprar, pero no lo sabemos hacer. Tanto que dice la gente que este es un sitio estupendo para comprar y gastar, a los que no tenemos en nuestra vida normal ese gusto por el despilfarro, aquí tampoco nos sale esa vena.

La zona ya estaba tomada por gente vestida de fiesta, algunos ya vomitando, policías y militares armados como para patrullar por Afganistán, así que de ir a Times Square a recibir el año nuevo, na' de na', que aquello parecía que no iba a ser de nuestro estilo.

De cena de Nochevieja mi madre hizo paella. Quedó un poco descolorida porque no teníamos azafrán ni colorante pero de sabor estaba estupenda.


Tomamos postre y tuvimos que esperar casi hora y media a que fuera la medianoche para ver la caída de la bola en Times Square por la tele. Aprovechamos para ver por internet las campanadas en España y comparando con las de aquí nos hemos dado cuenta de que aunque la gente dice las mismas cosas aquí que allí, por lo menos en NY se visten adecuadamente con abrigos, guantes y bufanda, no como la Anne que tenía que estar pasándolas canutas.

En cuanto dieron las doce, nos metimos en la cama y hasta hoy.

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