domingo, 13 de febrero de 2011

Visto y no visto... Pero intenso

Mi fin de semana en Berlín se ha acabado. Me meto en la cama y mañana por la mañana me voy al aeropuerto. Han sido poco más de 48 horas, pero he hecho un montón de cosas.

Esta mañana salí a dar una vuelta por la ciudad, vi nuevos edificios, paseé por las calles de siempre, me confundí con los turistas en la puerta de Branderburgo y hasta vi unos tunos. Después hice vida con las amigas de mi hermana y vimos otra peli en la Berlinale: Life in a Day. Me gustó, mucho.

De ahí a casa a descansar media hora y después a cenar a un italiano. Algunas amigas se fueron a casa y otras a tomar una copa. Yo decidí venirme porque mañana tengo que madrugar y anoche a penas dormí. Espero poder dormir mañana en el vuelo a Mallorca y que así no se me haga muy pesado.

Me gusta esta ciudad, hasta en invierno y con frío. Ahora que ya he confirmado eso, creo que puedo decir que podría vivir aquí.

sábado, 12 de febrero de 2011

Ya dormiré mañana

Lo mío no tiene nombre. Esta noche me acosté a las 5 de la mañana, pero a las 9 ya estaba despierta y despejada. Da igual a que hora me acueste, no me levanto más tarde de las 10. Y mientras, mi hermana y su amiga duermen como bebés ajenas al estupendo día de sol que hace hoy en Berlín. Me frustra mucho no poder ir a correr, porque sería genial salir a correr ahora por el Tiergarten.

Ayer estuvimos en un concierto de una banda de LA: Grouplove. No los conocía de nada, pero mi hermana conoce al mánager. Estuvo bien y además el club donde los vimos también me gustó. Me acordé mucho de mi amiga Guan, porque estoy segura de que el Magnet le gustaría mucho y bailaría un montón. Guan: yo creo que la noche berlinesa es para ti, es tu royo, es muy de tu estilo. Tienes que venir.

Me voy a la calle, porque aunque no pueda correr, camino a una velocidad que me mato y no puedo desaprovechar la luz que hay. Tengo que ver que cambios hay en el centro. Ayer ya descubrí algunos edificios nuevos e incluso una muralla delante de la que ya habré pasado una docena de veces y mi hermana un millón, pero que hasta ayer no habíamos visto.

viernes, 11 de febrero de 2011

Turismo alternativo

La verdad es que no sé ni si a esto se le puede llamar turismo. Esta mañana he estado viendo unos pisos con mi hermana. Hasta he sacado fotos para que así mi madre pueda opinar, porque sé que se va a morir de envidia cuando lea esto. ¿Hay algo que haga más feliz a una madre española que ayudar a encontrar y ambueblar un piso a su hija?

Después dimos un paseo por Templehof. Antes era un aeropuerto que estaba en medio de la ciudad pero hace ya tiempo que dejó de funcionar y ahora es básicamente una explanada con hierba a la que llaman parque y donde la gente hace deporte por la pista de aterrizaje.















A mediodía comimos el típico plato berlinés: pato con salsa de cacahuete. Típico, típico de aquí no será; pero yo sólo lo como cuando vengo así que para mi sí lo es.

Y después de una breve siesta hemos ido a ver una peli a la Berlinale: Dom. Estuvo bastante bien. Pero lo mejor de todo fue ver el ambiente. Justo antes de entrar en el cine, vimos en la puerta trasera de un hotel un montón de gente preparada para cazar autógrafos y en la acera de enfrente escaleras de mano candadas a las barandillas para los periodistas. Para mi algo completamente inusual, así que me puse como loca a hacer fotos, aunque no conocía a ninguno de los famosos.



Primer invierno en Berlín

Ya estoy en Berlín. Y por primera vez en una semana y a pesar de la pesada tos que me acompaña, he dormido como un bebé. Estoy contenta por el simple hecho de estar aquí, a pesar de la lluvia y del frío.

Durante el viaje intenté poner en práctica mis conocimientos de la lengua alemana, pero sin mucho éxito. Para empezar, en el primer trayecto la azafata no hablaba español, pero se dirigió a mi directamente en inglés, así que sólo logré decir un danke al final de la conversación. ¡Seis años estudiando alemán para eso! En el segundo trayecto ya estaba yo mentalizada para pedir un Orangensaft und eine Käsebrotchen. Pero cuando la chica que iba sentada a mi lado le pidió a la azafata un Kaffee; ella, con sólo esa palabra, se dio cuenta de que era española y le respondió en español. Así que a mi no me pareció oportuno que yo intentara hablar en alemán cuando se veía que la azafata tenía ganas de practicar su español.

Pero mi momento llegó cuando al subir al autobús mi hermana no encontraba el monedero y yo me lancé, dinero en mano, a preguntarle al conductor: Wie viel? Por supuesto que no entendí exactamente el precio. Sólo llegué a escuchar 2 Euro, pero le di 3 y si me quiso estafar con la vuelta, obiamente, no me enteré.

El viaje de Malloraca a Berlín se me hizo eterno. Pero me hice unas risas cuando vi este vídeo:
Appassionate-Airberlin. Tiene un estribillo pegadizo y el vídeo no tiene desperdicio, va in crescendo hasta llegar al momento operísitico que es orgásmico. Porque no existe el concepto canción del invierno, que si no este pordría se la del 2011.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Cuando florece la orquídea


Mi orquídea florece en febrero. Cada año creo que no la va a lograr y cuando lo hace me alegro de que sobreviva. Sin embargo, el papiro se ha muerto: no ha superado un duro invierno expuesto a la calefacción.

Y por primera vez, en el mes en que florece la orquídea, yo me voy a Berlín. Tengo unas ganas que me muero. Hace ya dos años y medio que no voy, así que cuando hace un par de meses vi una oferta de avión, no dudé en cogerla. Ahora resulta que además este fin de semana se celebra la Berlinale y una buena amiga de mi hermana también va a pasar con nosotras el finde. ¿Qué más se puede pedir?

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