¡Qué fea estás con fores!

Ayer fui al teatro a Bochum. Estaba lleno. No entendi nada, pero me gusto. La musica fue muz buena y no lo digo porque el compositor y arreglista fuera mi "cunhado", que lo era. Cuando acabo y mi hombre me explico la obra, me gusto aun mas.

(Hoy no funciona el corrector)

Parece un tópico, pero no lo es. Ayer salimos a dar un paseo por una colina cercana. Nos encontramos a los bomberos bloqueando el paso. Estaban cortando las ramas de un árbol. Pero no porque hubiera peligro de que se cayeran sobre la gente que paseaba por debajo, sino porque un gato se había subido a un árbol hacia dos días y no podía bajar. Es o no es de comedia?

Hicieron falta siete bomberos completamente uniformados y  un camión para desarrollar todo el dispositivo. Pero hay que aclarar que aquí los bomberos son voluntarios y necesitan algo de acción para luego poder justificar el irse a tomar unas cervezas. Los cuatro niños que nos acompanaban en el paseo se lo pasaron pipa viendo tanta acción. Y cuando al final bajaron al minino, aplaudimos y gritamos antes de que saliera corriendo despavorido a ocultar su vergüenza felina por no haber sido capaz de bajar de un árbol.

No, no y no. Estas no están siendo unas navidades blancas o como dice mi cuñado: "unas navidades de verdad", porque no hay nieve.

Debido a la operación de rodilla, no he podido viajar a casa por navidad; así que me he encontrado con mi hombre en la casa de sus padres. En cierto modo agradezco que no haya nieve, porque si la hubiera no podría darme los pequeños paseos diarios de rehabilitacion y entonces si que seria solo comer y dormir. Por primera vez en mi vida he perdido el apetito. El problema es el de siempre en esta casa, los horarios: me levanto tarde, a eso de las 9.30, desayuno y a las 12.30 comemos. Después de una pequeña siesta y un paseo, tomamos el café con tarta, sobre las 4. Así que si no se hace cena, casi que lo agradezco.

El viaje hasta aquí lo hice en tren, y aunque salio todo bien, no voy a negar que fue un tanto estresante. Viajar con la mochila y las muletas, en un tren que va hasta los topes y teniendo que hacer transbordo, no es el viaje mas cómodo. Y lo que no se como voy a hacer es la vuelta, porque tengo que añadir al equipaje los regalos que me trajo "Das Christkind" (el niño Cristo). He hecho unas fotos de los calcetines y las zapatillas hechas a mano que me han regalado, ya las colgare, molan mucho.

Una de las principales actividades que se hacen en esta casa en navidad, es un puzle. Regalo que siempre se encarga de traer el hermano de El Alemán. Este año, para complicar el tema un poco mas, le quito la tapa para que no se pudiera copiar del dibujo. Pero el padre, busco por internet hasta que lo encontró. Cuando me metí la primera noche en la cama después de haber estado trabajando en el puzle, veía las fichas y los estampados de los dibujos. Que paranoia!

(Siento las faltas. Algunas las he podido corregir con el corrector, pero otras no)

Hoy me he dado mi primer paseo. He recorrido en total 900 metros pero he disfrutado de cada centímetro, del aire fresco, de interactuar con otras personas, de un café...

Mi objetivo era claro: llegar hasta el kiosco, comprar unas postales navideñas, sentarme en un café a escribirlas, volver al kiosco para enviar las postales y regresar a casa. He necesitado para todo eso una hora y media aproximadamente.

En el camino de ida una señora me paró por la calle, se identificó como fisioterapeuta y se ofreció a darme un consejo: que pusiera las muletas un poco más largas. Tuvimos una pequeña conversación y seguí mi camino sonriendo y disfrutando de encontrarme con gente maja por la calle.

Sin duda mañana vuelvo a darme otro paseo.

La 2 sigue teniendo un telediario especial. No tiene demasiado que ver con aquel que hacía Lorenzo Milá y que tanto me gustaba; pero este nuevo formato también me gusta.

Hace unas semanas casi me muero del susto cuando me puse a ver el telediario y escucho que los bancos han decidido poner sus beneficios de los 10 últimos años en manos de los gobiernos. Estaba cocinando y casi me corto un dedo cuando lo escuché. Ya estaba pensando en llamar a mi hermana para comentárselo, en leer los periódicos para ver que decían, escribir una entrada en el blog... cuando escucho que es una noticia falsa con la que al invitado del día le gustaría que se abriera un telediario.

El asunto es que los viernes invitan a una persona famosa y le dejan dirigir el telediario.

El viernes pasado lo dirigió Christina Rosenvinge que empezó con un reportaje muy interesante sobre el uso de la bici en las ciudades. ¡Estoy tan de acuerdo con todo lo que dice! Ojalá un reportaje así se viera en el telediario de más audiencia del país. Pero lo que hacen es rellenar minutos con las mismas noticias de cada año: nieva en las montañas, hace sol en Sevilla en verano o en Navidad los pilotos de Iberia se ponen de huelga. ¿Qué tiene eso de novedad?

La verdad es que cada vez que veo las noticias me enfado. Año tras año los mismos reportajes. A veces pienso que quizá aprovechen textos o imágenes de otros años. Total, ¿quién se va a dar cuenta? Un breve ejemplo de las noticias que podremos escuchar estos días: cenas de empresa, niños en el parque estrenando juguetes de reyes o levantándose por la mañana y abriendo los regalos (supongo que sean los hijos de algún reportero y si juntamos las imágenes de los últimos 6 años podemos ver como han crecido), venta del roscón o subida del precio del marisco.

He buscado la definición de noticia en la RAE y dice lo siguiente: contenido de una comunicación antes desconocida. ¿Alguno de los anteriores ejemplos eran desconocidos?

Ahora que me he hecho a la fuerza una lectora diaria y empedernida del periódico, encuentro muchas veces artículos que me gustaría comentar. Y este sobre el doblaje en la televisión y el cine, no podía pasarlo por alto.

Cada vez que sale el tema de la enseñanza de una lengua extranjera en España, insisto en que la culpa no la tenemos mayoritaria y exclusivamente los profesores de idiomas. Me parece tan fundamental que la lengua que se quiere aprender sea utilizada fuera de las aulas que tener que explicar el porqué me parece absurdo. Por mucho que los niños se pasen horas en el cole escuchando, leyendo y hablando inglés, si después salen al "mundo real" y no lo utilizan para nada, en cierta manera hace parecer que no es tan importante y en absoluto útil. Pero si empezaran a apreciar cuan mejor suena Miley Cyrus o Justin Bieber con su propia voz, quizás la motivación sería mayor. Al final, con el inglés pasa como con la física o la química, no entienden para qué sirven.

Se puede leer en el artículo: El exhibidor y distribuidor Enrique González Macho explica: "Los idiomas no se aprenden en el cine. Algunos compañeros propusieron cuota de cine subtitulado, lo que hundiría el mercado de las salas. La gente se iría a casa a ver las películas en la tele dobladas. Por eso no incluimos límites temporales para las pantallas de cine y sí en la televisión. No es un problema de oferta y demanda, sino de educación del país. Y los primeros educadores son los padres en las casas".

Nos echamos la culpa unos a otros: los profesores a los medios, los medios a los padres y supongo que los padres a los profesores. Y así no se arregla nada. Yo quiero que en mi ciudad de casi 300.000 habitantes se pueda ver cine en versión original más que la semana que dura el festival de cine internacional. Que la televisión se vea por defecto también en versión original. Que la gente chapurree inglés por la calle cuando sea necesario y sin vergüenza para intentar ayudar a los turistas. Y donde digo inglés, digo también francés o alemán.

Tengo dos compañeros de piso. Él habla alemán, sueco e inglés. Ella habla alemán, inglés, francés y español. No los busqué plurilingües, pero aquí se encuentran con facilidad. Porque si el reto es que en España hablemos una lengua extranjera mejor, lo de la segunda o tercera lengua lo dejamos para el siglo que viene.

Ayer fui al médico y me pusieron una nueva rodillera. Me siento muy futurista con ella. Pagué 10 euros, pero creo que cuesta alrededor de 300. Doy este dato porque un amigo, que está bastante más jorobado que yo, se la ha tenido que comprar por su cuenta en España y le ha costado un pastón. Cómoda, lo que se dice cómoda no es. Me permite doblar la rodilla 60º, pero a la vez es un tanto molesta.

El caso es que esta estaba siendo una gran mañana porque por primera vez en 10 días me pude dar un baño. Así que para hacer el tratamiento completo me puse una mascarilla en la cara y mientras ponía hielo en la rodilla y esperaba los 15 minutos de rigor... ¡Ring, ring! Suena el timbre de la puerta. Con tan buena suerte, que estaba sola en casa. De esta guisa estaba yo cuando llegó hoy un paquete que llevo 2 semanas esperando. Ni que decir tiene que me las apañé para quitarme el hielo y la mascarilla e ir "corriendo" a abrir la puerta. Un buen entrenamiento para mi primera salida de casa sola que el viernes tendré que hacer al fisioterapeuta.

Eso es lo que mi hermana me ha preparado hoy para comer. No recuerdo cuando fue la última vez que comí una sopa de estas, pero estoy segura de que fue hace muchísimos años. Si me esfuerzo un poco, creo recordarme sentada en la mesa de la cocina de mis vecinos haciendo palabras con las letras de la sopa.

Me ha dado por pensar si hoy en día los niños comen también sopa de letras o fue una moda pasajera de los 80. Y me río recordando aquella vez que a mi ahijada le preguntaron cuál era su plato favorito y ella respondió que la sopa de rape. ¡Eso es un paladar educado y lo demás cuento! Si me lo hubieran preguntado a mi cuando tenía 6 años, seguro que hubiera respondido que las gominolas.

Así es como me he lavado hoy. Y la verdad es que cuando acabé, estaba tan cansada como si hubiera corrido una mediamaratón. Menos mal que mi hombre me ayudó.

Llevo ya 5 días de reposo y estoy empezando a estar hasta el moño de no salir de casa. A veces me pongo de pie delante de la ventana de la cocina y miro a la calle con nostalgia. Tengo unas ganas terribles de dar un paseo y más ganas aún de dormir de costado. Menos mal que el martes me cambian la rodillera por una flexible que me va a permitir doblar un poco la rodilla.

No hay mucho que contar, porque no he podido hacer gran cosa estos días. Ha estado mi madre los primeros días ayudándome un montón y ahora ha venido mi Alemán a tomar el relevo. Lo que no sé es como me apañaré cuando se vaya mañana.

Voy a ver si me pongo a estudiar un poco de alemán y saco algo de provecho de esta convalecencia.

No recuerdo cuando me hice el esguince que derivó en una rotura de menisco y ligamento cruzado, pero he tardado unos años en ponerle (o al menos intentarlo) solución. Y lo he hecho en este año raro que me he tomado para hacer cosas distintas a las habituales.

Tuve que ir temprano a la clínica donde me operaba. Y temprano en Alemania significa a una hora impensable en España: 6.30 de la mañana. Es una clínica de día en la que hacen operaciones que no necesitan internamiento y donde solo operan con anestesia general, porque por lo visto con la epidural tienes que quedarte a hacer noche.

Vi al anestesista que me explicó un montón de cosas que iban a pasar y de las que yo no me enteré porque me dormí en el quirófano, pero ya me desperté en la cama. Se supone que al volver a la habitación yo debía ayudar a pasar de la camilla a la cama, pero si lo hice ni me enteré. De sólo pensar cómo me pude comportar me muero de risa porque una señora, a la que operaron después de mi, volvía con un colocón estupendo y no quería ayudarles y tuvieron que estar 5 minutos convenciéndola.

Algo sorprendente es que en una clínica que abrió en 1992 no haya ascensor y tengan que bajar a los pacientes dos pisos por las escaleras. Pero eso aquí debe ser casi un deporte, porque no conozco mucho pisos en los que la gente tenga ascensor.

Y de vuelta a casa fui haciendo un ejercicio interesante de imaginación intentando saber, por las fachadas de los edificios, por donde iba en mi trayecto.

Como madrugué mucho, a las 8.30 ya estaba operada y a las 12 en mi cama. Así que ya tengo tiempo de aburrirme y mirar para mi pata chunga que espero que dentro de poco esté como nueva.

Dentro de la mala suerte que es tener roto el menisco y el ligamento, tengo la suerte de tener una amiga en Berlín que es fisioterapeuta. Que a qué viene esto. Pues viene porque ayer, cuando salía de Ikea con mi familia después de 5 horas ayudando en el diseño de la cocina de mi hermana y con el tiempo justo para llegar a cenar con unas amigas, se me volvió a quedar trabada la rodilla. Así que el lugar de coger el bus, cogimos un taxi y nos fuimos a casa de esta amiga a que me reparara la rodilla. Estaba en medio de una cena con su familia y ahí llegué yo con la mía. Pero me arregló y ahora tengo que aguantar hasta el lunes que me opero.

El otro día hablaba con mi hermana de lo importante que es tener amigos y familia y lo sola que a veces ves a la gente, en especial en algunas ciudades como Berlín.

Esta conversación vino porque unos días atrás una mujer en silla de ruedas me paró en la calle y me dijo algo en alemán que no entendí. Entonces, me habló en inglés y me pidió que la acompañara en el ascensor del metro porque tenía miedo a bajar sola. Mi hermana me contaba que a ella una vez por la noche, le paró un señor para pedirle que le echara un colirio en los ojos.

Y ahora mi madre está aquí para ayudar a mi hermana con su nuevo piso y a mi en mi postoperatorio.

Hay que cuidar a la familia y a los amigos y también a los desconocidos que necesitan ayuda en la calle.